Y en eso Llego Fidel… el Primero de los Barbudos

Carlos Puebla escribió pocos días después del triunfo de la revolución cubana en 1959 “Aquí pensaban seguir, jugando a la democracia y el pueblo que en su desgracia se acabara de morir. Y seguir de modo cruel sin cuidarse ni la forma, con el robo como norma… Y en eso llegó Fidel.”

El poeta se refería a Cuba, esa isla del Caribe gobernada por una cruel y corrupta dictadura liderada por Fulgencio Batista que oprimía a su pueblo en la pobreza y la ignorancia al mismo tiempo que hacía del país un centro internacional de burdeles y casinos. Y con un verso simple a ritmo de son guajiro de la sierra canta el triunfo de una revolución ilusionante. Ahora que murió Fidel, vale la pena escuchar la música y así comprender cuán importante son los seres humanos para transformar su sociedad.

“Y en eso llego Fidel”… sin adornos de flores ni triunfos instantáneos, encabezando un grupo de revolucionarios barbudos quienes con ímpetu y convicción instalaron en su pueblo la fé de la victoria final a pesar del fracaso en el asalto al cuartel de la Moncada en 1953; un liderazgo que desató el coraje de sus compañeros al grito de “Aquí no se rinde nadie” cuando un huracán de balas anunciaban su derrota en Alegría de Pio en 1956; y con la ilusión de aquel 1 de enero de 1959 que se iniciaba una nueva historia para Cuba.  Y por siempre identificó el ideal revolucionario latinoamericano a una estética: el uso de la barba.

“Y en eso llego Fidel”… de juventud barbuda y radiante para realizar las transformaciones radicales del socialismo como la reforma agraria, la albetización masiva, la salud universal y gratuita, la formación de las fuerzas armadas revolucionarias y la expropiación de los monopolios privados. Estas decisiones le valieron el enfrentamiento con una poderosa élite cubana que se parapetó en la costa norteamericana del estrecho de Florida que amenaza con una intervención externa. A pesar de esta confrontación, Cuba fue ejemplo de una transformación que brilla entre las luces de su desarrollo social con las sombras de la represión a los disidentes.

“Y en eso llego Fidel”… con su barba como marca de un verbo locuaz e incansable, cuando se expandía la guerra fría, instaló a Cuba como actor protagónico y desde América Latina estableció alianzas con la Unión Soviética, China y el Movimiento de Países No Alineados. Modernizó su ejército e intervino en la guerra de independencia de Angola. Con gran determinación tomo partido contra el colonialismo y el racismo e hizo del antiimperialismo su bandera.

“Y en eso llego Fidel”… cuyo uniforme militar, gorra y barba fueron inspiración para otros revolucionarios que hicieron del “foquismo” una teoría de la lucha armada. Toda América fue conmovida en los últimos sesenta años por su acción y miles de líderes como Raúl Sendic en Uruguay, Rigoberta Menchú en Guatemala, Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, el subcomandante Marcos en México entre muchos otros recurrieron a su ejemplo y apoyo.

Y cuando se desmoronó el bloque del socialismo real, fue urgente enfrentar el huracán del desabastecimiento, la escasez, la emigración de los marielitos, la represión de los disidentes, la presión de los EE.UU. con la Ley Helms-Burton… “Y en eso llego Fidel”… el de la barba y el puro para seguir confrontando el cambiante mundo y el ascenso solitario de la superpotencia dispuesto a liderar el desafío de continuar con la revolución en “periodo especial”.

Y cuando se acabaron sus fuerzas físicas y se hizo necesario hacer cambios en el modelo político y económico, traspasó el poder a su hermano y compañero de lucha  Raúl Castro. “Y en eso llego Fidel”… para mantener otras luchas, lo que denominó, las batallas de las ideas. Observó desde su ocaso con recelo el restablecimiento de las relaciones con los Estados Unidos y la visita a la isla del Presidente Barack Obama.

Y ahora que la muerte consume el cuerpo de Fidel Castro, Cuba enfrenta su destino independiente con desafíos internos y externos tan grandes como han sido sus ideales revolucionarios. Entre estos grandes desafíos se destacan: cómo conciliar la extensión de la democracia deliberativa en libertad con los beneficios de la justicia social en igualdad; cómo establecer un modelo institucional político y económico sustentable  para enfrentar con éxito los problemas que presentan el desarrollo vertiginoso de las tecnologías y del comercio global; cómo lidiar con el liderazgo, aun incierto, de su poderoso vecino en manos de Donald Trump, y; cómo articular un frente internacional con el debilitamiento de sus aliados en América Latina.

En la Habana nada es igual al tiempo que Carlos Puebla escribió “Y en eso llego Fidel”… ahora los seguidores de aquellos barbudos tienen una leyenda que se construyó a si misma con todas las fuerzas a su alcance y podrán cantar sin temor con el trovador Silvio Rodríguez que “abrió pecho a la muerte y despeñó su suerte por un tiempo mejor”.

Fidel Castro seguirá siendo el primero de los barbudos y la figura latinoamericana con mayor influencia en la segunda mitad del siglo XX.

Versão portuguesa no Diário de Notícias.

Foto: Fidel Castro, discursando em Havana, 1978, por Marcelo Montecino, CC BY-SA 2.0.

CC BY-NC-SA 4.0 This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International License.

Luis Fretes Carreras

Associate researcher at CEI-IUL. Guest Auxiliary Professor at ISCTE-IUL. Former Ambassador of Paraguay to Portugal. Research interests: IR, democracy and transitions, latin-american studies.

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